Entrando al local, la elegancia del hall revestido de mármol blanco te absorbe, unas escaleras generosas te llevan abajo, accediendo al vestíbulo con su pavimento de vidrio retroiluminado y luciendo cinco inmensos candelabros de cristal. La discoteca ofrece dos diferentes escenarios, a la derecha encuentras un ambiente suave y abrillantado, una atmósfera relajada vestida en una gama de amables colores plata-gris realzando unos acentos dorados, ideal para las primeras copas (Sala 1).
Expone un techo tensado de superficie amorfa acabado plata-satinado soportado por gigantescas columnas de acero inox pulido, moldeadas como monolitos cristalinos, combinadas con mobiliario realizado a medida mostrando las mismas características esculturales; su apariencia de espejo pulido crea un efecto intrigante, difuminándose en el espacio. Pero lo más destacado en esta sala son los dos “light-boxes”, selectas zonas vip con techos, paredes y suelos de vidrio translúcido creando una pantalla para proyecciones de vídeo.
A la izquierda, tienes la pista de baile, un encuentro lleno de energía (Sala 2). La sala está enteramente forrada de una capa negra reflectante para subrayar el gran protagonista: la luz. Diseñado como pantalla que cubre totalmente la pista, los cientos de tubos de leds desfigurados al azar reproducen colores y vídeo de una manera fragmentada pero sin embargo coherente y transforman los ritmos del dj en un laberinto de rayos destellantes, envolviendo toda la sala con una malla vibrante; el “light-jockey” y “vídeo-jockey” destacan tanto como el disk-jockey.